Todas las chicas hasta las más recatadas sueñan con besos prohibidos. Como el que recibió Helena, inesperadamente, aquella Nochebuena en el jardín de un convento parisino bañado por la luna. Años después, Helena se ha convertido en una mujer hermosa y refinada, rodeada de pretendientes atraídos por su belleza y por su dote. Pero ella sueña con el hombre ideal, y decide viajar a Londres para encontrarlo. Se acerca otra Navidad, y ha sido invitada a un baile. Quedará de piedra al descubrir, en el extremo opuesto del salón, al hombre cuyo beso nunca ha olvidado:el salvaje y misterioso Sebastian Cynster, duque de Saint Ives.