Samuel Johnson tiene un montón de problemas. Su padre se preocupa más del coche que de la familia, su madre se
siente sola y únicamente su perro, Boswell, lo comprende de veras. Por si esto fuera poco, los Abernathy, sus estrambóticos vecinos, están a punto de abrir las puertas del infierno sin saberlo. Samuel puede impedirlo, pero nadie va a creerle, y el tiempo corre
De pronto, el destino de la humanidad está en manos del pequeño Samuel, de un perro aún más pequeño y de un demonio muy desafortunado llamado Nurd.