Este libro presenta a un público
general los descubrimientos más recientes en el área emergente de las redes
complejas, que, más allá del dominio de la ciencia, ya han comenzado a influir
en los terrenos de la lingüística, las ciencias sociales e incluso el
desarrollo de la tecnología.
En los últimos años se ha producido una revolución en el estudio de los sistemas
complejos, a la vez que asistimos al surgimiento de una nueva cartografía de la complejidad. Junto
a un conjunto de datos sin precedentes acerca de las interacciones en el genoma
o Internet, hemos contemplado el descubrimiento de ciertas propiedades
universales que subyacen a la totalidad de las redes complejas, tanto naturales
como artificiales. Esta nueva cartografía permite comprender la naturaleza de
lo complejo y sus orígenes. Descubrimos así genomas, ecosistemas o redes
eléctricas que muestran una enorme fragilidad junto a una gran plasticidad y
eficiencia. El cáncer o Internet aparecen conectados como sistemas en los que
un fallo en un nodo clave (un gen o un servidor) puede desencadenar el
desastre. Encontramos en el cerebro nuevas autopistas de información que
estaban ocultas a nuestra visión. Vivimos, en suma, en un mundo en el que, por
sorprendente que parezca, nadie esta realmente lejos de nadie. Las
consecuencias de estos descubrimientos son incalculables, y están modificando
con rapidez nuestra visión del mundo.