Este libro ofrece una revisión histórica sobre la museología crítica
dentro de los museos, pero también analiza su labor curatorial exportada
a espacios públicos ante sus puertas, su impacto en los estudios
museológicos desarrollados en las universidades, y su proyección al más
amplio campo disciplinar de la «patrimoniología». En esos tres sentidos
sitúa también el punto de mira fuera de las instituciones museísticas,
aunque su principal foco de atención se centre en rastrear la influencia
de los discursos críticos en la interpretación de las colecciones
permanentes. Esa amplia panorámica se basa en numerosos ejemplos
localizados en museos y publicaciones museológicas, representativos de
muy diferentes geografías culturales o campos del saber. El resultado no
se reivindica como un gran relato omnicomprensivo, sino como un ensayo
subjetivo donde se resumen las ideas de un historiador y crítico de arte
que lleva muchos años reflexionando y escribiendo sobre museología
crítica.