No deja de ser curioso y hasta sorprendente que, considerando la escasa atención que tradicionalmente el cuento ha merecido por parte de los estudiosos, un autor que, como Francisco Ayala, se ha dedicado con preferencia al relato breve y que es autor de únicamente dos novelas importantes, haya conseguido la nombradía de que disfruta.(De la Introducción de Óscar Barrero Pérez)