En Rock, mi religión (1982-1984), el autor profundiza en la relación entre el fanatismo y la industrialización de la música en la sociedad contemporánea. Y expone los avatares del consumidor adolescente producto de los alienados suburbios estadounidenses de los años cincuenta.
A partir de la vertiginosa historia de las bandas musicales, los programas de televisión, las películas y el performance de aquella época, este ensayo teórico explora los códigos estéticos y los contextos históricos que alimentaron el fenómeno del rock n' roll.