El desarrollo de la urbanización constituye uno de los referentes de la evolución histórica de la humanidad; su proyección en los territorios limítrofes con el Mediterráneo central y occidental se incentiva, originariamente, con el desarrollo de la colonización fenicia y griega, que propician la transformación de las aldeas indígenas. No obstante, será la conquista romana la que incentive la urbanización de Occidente; a ella se vincula un modelo de ciudad, que encarna la distribución de los privilegios sociales propios de la ciudadanía romana; su materialización se proyecta en programas monumentales, que expresan las concepciones urbanísticas de Roma. Su relevancia histórica puede constatarse en el gran número de ciudades actuales que vinculan su origen a la urbanización romana y en el patrimonio histórico que nos ha legado.