Un thriller psicológico. Una historia de antropofagia. En una ciudad desconocida comienza a desaparecer gente en extrañas circunstancias, sin dejar ningún tipo de rastro. La policía no puede explicar lo que pasa. Sabino, el protagonista de la novela, está confuso: ha perdido completamente la noción de la realidad y empieza a sospechar que él es el responsable de esas desapariciones. Su vida conyugal se desmorona y se adentra en la vida nocturna donde conoce a Liz, una chica de aspecto gótico y radical. Se convierte en su compañera de diversiones al límite, traspasando las barreras de la moralidad.
Sabor a proteína humana es un retrato de la frustración provocada por la rutina y la escasez de emociones en la vida de pareja. Sorprende la valentía con que Carlos Meneses expone las pulsiones más salvajes, en este descenso casi terrorífico al fondo del deseo. Una lectura sólo recomendable para lectores con piel de rinoceronte.