Sam está super-ultra-emocionado porque él y su clase van a pasar una noche en El espíritu peregrino, una réplica de un antiguo velero que está atracado en el puerto. ¡Además, Sam ha sido elegido ayudante del capitán! Sin embargo, pronto descubrirá que ser el segundo de a bordo no es el chollo que él se había imaginado, y que cargarse una excursión es tan fácil como comerse unas cuantas galletas mitad chocolate mitad vainilla.