Manuel Muñoz Moya (Sevilla, 1944), abogado y funcionario, ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional en Córdoba, compaginándola con sus dos grandes aficiones, la ópera y la escritura. Cofundador de la Asociación Amigos de la Ópera de Córdoba en 1990, hace más de veinte años que es su presidente, aunque actualmente y desde hace años reside en Madrid.
A partir de mediados de los ochenta ha venido publicando artículos de opinión y sobre temas operísticos en todos los medios de comunicación escrita de Córdoba, tales como La Tribuna y Nuevo Diario, ambos desaparecidos, así como el diario Córdoba y el ABC, en el que durante años ha ejercido la labor de crítico de teatro musical (ópera, zarzuela y recitales) que, con anterioridad, había también efectuado en La Tribuna.
Fue uno de los autores del libro Los andaluces del siglo XX, junto con una serie de personales significadas en el mundo cultural de la ciudad, obra que fue editada por el Ateneo de Córdoba, pasando a formar parte, con el número doce, de su Biblioteca Arca del Ateneo. Igualmente participó en el libro Coro de Ópera CajaSur de Córdoba: 20 años en escena, también de autoría colectiva, donde se ocupó de la ópera en Córdoba durante el período 1900-2007, y que fue editado por la Fundación CajaSur.
Durante una legislatura municipal fue miembro del Consejo Rector del Instituto Municipal de las Artes Escénicas de Córdoba, compatibilizando dicho cargo con sus escritos y críticas.
Y es en 2018, con una vida más sosegada, cuando autoedita y publica en solitario Seguir cantando, libro en el que se ocupa de la ópera española y que, en parte, es autobiográfico y ello por lo que se refiere a sus andanzas en el mundo de la ópera, cuyo canto estudió y llegó a interpretar en su juventud. Ahora, y cuando parece ser que vamos saliendo de la terrible pandemia, presenta estos Seis trabajos de Heracles Quintana, libro que empezó a forjarse durante el confinamiento y en el que revive a Hércules o Heracles en un personaje nacido en La Mancha y que tiene por curiosa profesión la de ejecutor por encargo. Se trata de una obra noir y por supuesto de ficción, pero en la que su autor no desdeña el humor, ni la propia autobiografía porque, como él mismo dice en la explicación obligada que precede al texto principal, solo se puede hablar sin errar de aquello que se conoce.