El legado cinematográfico sueco más prominente y más sólido se asocia internacionalmente con los exitosos y prestigiosos trabajos de Ingmar Bergman. Sin embargo, ni tan siquiera el director sueco más grande pudo resistirse a una nueva estirpe de películas surgidas en Suecia 'famosas por sus desnudos gratuitos, su moral distraída, las drogas y una violencia impactante', las sensationsfilms. O, como nos hemos atrevido a traducir, sensaciones suecas. Producidas en el patio trasero de la industria cinematográfica sueca, estas atrevidas sensationsfilms forman un cánon de películas que tratan temas impactantes y que suelen ser considerados como tabú: punks callejeros, sádicos mafiosos, alienígenas espaciales, amas de casa picaronas, despiadados camellos, ninjas sedientos de sangre, tentadoras adolescentes, vaqueros lingonberry, pervertidos daneses barbudos, glam rockers cachondos y vikingos borrachos 'un conjunto demasiado extraño y demasiado sueco como para ser obviado'. El autor de Swedish Death Metal, Daniel Ekeroth, ahonda en la cultura arcana y en las contradicciones de su país natal, emprendiéndola contra u