Pocas veces en la historia de la literatura un personaje de ficción alcanza tal celebridad que incluso oscurece la figura de su propio creador. El caso de Sherlock Holmes es uno de los más representativos. Segunda novela de las cuatro protagonizadas por el brillante detective, El signo de los cuatro gira en torno a los avatares de un fabuloso tesoro en la India colonial, y en sus páginas se consolidan los sugerentes y pintorescos rasgos de la singular personalidad del investigador. En El sabueso de los Baskerville, Holmes, trasladado a los inhóspitos y desolados páramos de la región de Dartmoor, se enfrenta al reto de resolver un enigmático crimen relacionado con el espectro de un perro diabólico y sobrenatural, instrumento de la maldición que pesa sobre una familia.
AUTOR
Arthur Conan Doyle (1859-1930) comenzó su actividad literaria como un entretenimiento, sin sospechar que esta afición se convertiría en su principal fuente de ingresos. Si bien fue el personaje de Sherloch Holmes el que le deparó mayor popularidad, fue autor de muchas otras novelas y relatos acerca de los más variados asuntos y ambientes, entre los que destaca, sin duda, El mundo perdido (BT 8037).