Una exploración de los límites de la memoria y la verdaderaidentidad.
Ver el mundo en blanco y negro no es solamenteuna enfermedad que tiene en los ojos Eva Amat: también es una manerade entender la vida. Después de caer desmayada durante unapresentación de su última película en Berlín, se encuentra secuestrada en un piso desconocido y no recuerda nada de lo que le he pasado.Solo una versión de ella, mucho más tímida y mucho más oscura,consigue rescatar escenas inconexas de su pasado. La infancia, laadolescencia, la necesidad de brillar sobre los escenarios en ladictadura de la imagen, y, sobre todo, la relación de amor con elhombre de su vida, son peleas mucho más reales que el rodaje de unapelícula. Si la vida fuese en blanco y negro, todo sería más intenso y estimulante. Quizá también más terrorífico.