¿Por qué les suceden a los hombres buenos muchas adversidades? Nada malo puede sucederle a un hombre bueno: los contrarios no se mezclan. Del mismo modo que tantos ríos, tan grande cantidad de lluvias caídas de lo alto, tanto vigor de fuentes medicinales, no cambian el sabor del mar y ni siquiera lo modifican, así el ímpetu de las cosas adversas no subvierte el ánimo del varón fuerte: éste permanece en su estado y todo cuanto sucede lo tiñe con su propio color, pues es más poderoso que todas las realidades externas. Y no digo que no las siente, sino que las supera. Calmo y tranquilo, enfrenta sus embates. Todas las adversidades son para él ejercitaciones.