Socrates concibió la filosofía no como una actividad académica, sino humana. Un lider filosófico tenía que ser mucho más que un pensador. Tenía que ser una buena persona para que la cuestión de la virtud no fuese una idea abstracta sino un asunto práctico. Quienes la practicaban tenían que ser poseer el coraje para sacrificar todo, incluida la propia vida, para perseguir la excelencia de la mente. Esto es lo que Sócrates hizo, y esta es la razón por la que le honramos y saludamos como la filosofia personificada.