Si
en 1996 Carlos Castilla del Pino nos
descubría una faceta, la del excelente memorialista, todavía inédita de su
extensa obra ensayística y novelesca al ganar el IX Premio Comillas con Pretérito imperfecto (Andanzas 294),
ahora honra una vez más nuestro
catálogo con un ensayo de su especialidad como psiquiatra, dedicado a un tema
apasionante, que nos concierne muy directamente a todos en lo más hondo de
nuestro ser: la afectividad y el
mundo de los sentimientos.
A
lo largo de este minucioso y apasionante tratado, el autor aborda, como siempre
con un lenguaje transparente al alcance de todos, una de las dimensiones
fundamentales del ser humano. En efecto, nuestra relación con el mundo no es
únicamente cognitiva, sino que entre el sujeto y su entorno casi siempre cabe
hablar de una forma de relación que va desde la búsqueda de la posesión hasta
el rechazo absoluto. Los sentimientos
-lo que los antiguos llamaban las
pasiones del alma- no son, en definitiva, sino modulaciones del deseo; y la psicología, una investigación en
profundidad de lo que conforma la esencia misma del ser humano.