Hay análisis que nunca empiezan aunque haya encuentros entre analista y sujeto; hay encuentros que se interrumpen continuándose el análisis bajo una nueva transferencia; hay transferencias que no logran encontrar su momento de resolución. También hay - es un hecho - análisis que terminan. Otra cuestión es que después ese sujeto se mantenga atento a su inconsciente, precisamente porque está advertido de que no existe una última palabra que le permitiría descansar de ser un hablante.