Algunas vidas militan en la rebeldía, otras en la conformidad y la mayoría en la indiferencia de quienes las rodean. Cecilia, la protagonista de El tiempo de la rabia, es una mujer como cualquiera, que nunca fue importante para nadie; con una madre de quien solo recuerda su ausencia, un padre que apenas la advertía y un marido centrado en su propia ambición profesional. Un día, camino a su casa, tropieza en la calle y cae al suelo. Cuando se levanta, siente una leve presencia sobre su hombro: una hormiga que, a partir de ese momento, será una especie de interlocutora crítica que la acompañará a través de toda la historia.
Así arranca esta novela, un relato introspectivo e intimista, en el que se entreteje magistralmente una trama no carente de intriga y suspense, que enlaza dos épocas: los primeros años de la posguerra española, cuando Lisardo, el abuelo de Cecilia, sobrevive a la masacre de la carretera Málaga-Almería en la llamada Desbandá y se refugia en las montañas, y la época actual, en la que ella, una trabajadora social de cincuenta y dos años, desarrolla su tesis sobre el abuso sexual a mujeres con discapacidad, mientras lidia con las ruinas de su matrimonio.
La escritura de Mati Morata tiene el don de la sutileza; logra mover a sus personajes con leves y casi imperceptibles desplazamientos hasta situarlos en los límites de un abismo intencionado. Y es también capaz de crear la imagen plástica de las situaciones en las que se recrea, del enfrentamiento con el pasado turbio de los otros y de ese rasgo de escepticismo ante las situaciones de la vida. Con una fluida narrativa de connotaciones subjetivas consigue consolidar un estilo y una personalidad literaria que nos descubren a una gran escritora moderna y culta.