Lo conocí antes de que él mismo se conociese. Lo conocí antes de las nuevas ventiscas, antes del odio y las conquistas. Lo conocí antes de que la gente dejase de creer en Dios, antes de que regresasen los dragones. Lo conocí cuando aún vivía de verdad, cuando era capaz de calmarme, de besarme y hacer desaparecer todo cuanto nos causaba mal. Lo conocí antes de que la guerra nos consumiese, antes de que tuviésemos que elegir. Lo conocí antes de estos tiempos de honor, que tan ridículos suenan ahora a nuestros oídos...