Jesús Barrio nos sigue sorprendiendo por el universo literarioque crea, alejado por completo de modas y actualidades:un exótico país hispanoamericano primero, una ficticia islaespañola, Macaya, más tardeà Ambas, detenidas en untiempo indeterminado, en algún momento entre el fusilamientode Aureliano Buendía y la llegada del hombre a la Luna.Los lectores debemos agradecer la creación del personajeprincipal que liga todas las historias del libro: Tulita. Ella construyeeste singular artefacto literario, sin duda un personaje memorable.A partir de ahí, la inclasificable prosa del escritor juegaconstantemente con la dilación, el requiebro, la musicalidad.El constante trampantojo. De profuso colorido, preñada deimaginería ùexótica, pero también localù, destaca su alientoclaramente poético, su búsqueda de la belleza formal, y suclara vocación visual. Bebe sin disimulos del realismo mágico,aunque en el fondo quiera hablarnos de una cotidianidadmás que tangible, una sociedad como la nuestra tan ávida detrascendencia y emoción que ansía tanto una catarsis que, a lamenor oportunidad, es capaz de comulgar con ruedas de m