"Todo va bien" trata de los apuros de un esclavo empresarial de bajo nivel llamado Ian. Éste intenta ganarse la vida con entusiasmo vendiendo tubos de plástico mediante el establecimiento de «relaciones de confianza» con clientes potenciales. Al no alcanzar sus objetivos, su jefe lo somete a una «prueba» a medida, absurda y surrealista, con el objetivo de que Ian aprenda a ser responsable y disciplinado.
Escrita con una poética torcida y deliberadamente ingenua a la manera de Richard Brautigan o Donald Barthelme, "Todo va bien" es una novela verdaderamente divertida y genuinamente triste.