Situada en 1949, en las tierras fronterizas entre Texas y México, la historia se centra en el personaje de John Grady Cole, un muchacho de dieciséis años, hijo de padres separados que tras la muerte de su abuelo decide huir a México en compañía de su amigo Lacey, para encontrarse con un mundo marcado por la dureza y la violencia. Una novela de aprendizaje con resonancias épicas que inaugura un paisaje moral y físico que nos remite a la última epopeya de nuestro tiempo. Un estilo seco para una historia de emociones fuertes, ásperas, primigenas:
"Su abuelo era el mayor de ocho chicos y el único que vivió más de veinticinco años. Se ahogaron, les dispararon, les cocearon caballos. Perecieron en incendios. Sólo parecía darles miedo morir en la cama. Mataron a los dos últimos en Puerto Rico en 1898 y aquel año se casó y llevó a su novia al rancho y debió de salir a acontemplar sus posesiones y reflexionar largo rato sobre los designios de Dios y las leyes de la primogenitura."
"Le sucede lo que a Faulkner: no acaba nunca uno de leerlo."