No hay arte sin creación, por eso la creatividad es un ingrediente indispensable en la pintura que todo pintor debe desarrollar. La creatividad implica riesgo y valentía; creatividad es lanzarse a la aventura, persiguiendo la singularidad y la innovación, buscando la respuesta personal. Aprender a pintar es aprender a moverse en el medio de la pintura: el lenguaje visual, como aprender a nadar es aprender a moverse en el agua. La colección Pintura creativa nos lanza al agua pero provistos de ayuda, ya que por un lado impulsa el desarrollo de la creatividad y por otro se adentra en el conocimiento del medio: el lenguaje pictórico.
Centrado en el trazo, uno de los cuatro elementos del lenguaje pictórico, este libro explora, a partir de quince propuestas el desarrollo, paso a paso, de una obra pictórica creativa.