Edith Stein, Simone Weil y Etty Hillesum son tres mujeres judías, víctimas del Holocausto que, por caminos muy diferentes, pero con el mismo origen étnico y final trágico, nos aparecen como testigos de una fe inquebrantable y de unos procesos de transformación personal absolutamente únicos. En la presente obra se procura un acercamiento a ellas que, eludiendo tentaciones hagiográficas, intenta poner de manifiesto cómo esos procesos de transformación personal y de conversión a la fe traen consigo un obligado replanteamiento de la imagen de Dios. Tras el final trágico de las tres, víctimas de una exaltación fanática del poder nazi, ya no era posible seguir pensando a Dios en la clave del omnipotente. El poder se ha manifestado con toda su fuerza mortífera y Dios, entonces, tan solo cabe ser concebido como un amor que se ofrece y que se puede ver reducido a la más extrema debilidad. El Dios crucificado de Edith Stein, el Dios desdichado de Simone Weil y el Dios indefenso de Etty Hillesum se nos presentan así como un modo de reconducirnos al Dios manifestado en Jesús, cuyo único poder es el del amor que se expon