Andrés Trapiello nos adentra en otro de sus diarios: Troppo vero, demasiado veraz, podríamos decir. En él recoge los acontecimientos correspondientes a 2002 con una prosa intacta y justa. «El impulso de llegar a ser reales es el modo más discreto y silencioso de servir a la realidad sin dejar de ser libres ni verdaderos.»