Hay que acabar, de una vez por todas, con esa falacia de que cumplir años es lo peor de lo peor: una maldición. No lo es. Y romper el silencio y hablar de todo ello, incluida la menopausia algo natural y temporal, ¡no una condena de por vida!, es fundamental. Al margen de los desarreglos hormonales y sus posibles estragos, superar los 45 y transitar los 50 conlleva inevitablemente mudar de piel Pero recuerda: cada mujer es única. Tú lo eres. Por lo tanto, tu cambio es tuyo.Este libro desmonta todas esas falsas creencias sobre la madurez. Su aspiración es animarte a planteártela de otra forma, enfocándote en lo positivo que es mucho, aunque apenas se hable de ello, e incitarte a hacer los reajustes necesarios para guiarte por tus propias coordenadas, ¡no las de otros!, y que puedas disfrutar de la vida sin rendir cuentas.