Muchas personas se preguntan: ¿por qué enseñar a orar? ¿No se trata de un gesto espontáneo que llevamos a cabo cuando lo sentimos y que pertenece a nuestra privacidad? Otras van más allá y se plantean: pero, ¿realmente se puede enseñar a orar? ¿No es una experiencia tan personal que resulta incomunicable? Sin pretender ofrecer una respuesta tajante a estas cuestiones, este libro ofrece una «introducción a la oración» centrándose en la importancia del «Tú», el «Misterio» al que el ser humano necesita dirigirse cuando ora y que a la vez debe ser «personal». Ese «Tú» es el que permite expresar lo inefable, depender, sumergirse y dejarse envolver por el Absoluto que es Dios.