Cees Nooteboom visita a sus "muertos amados" allá donde se encuentren para entablar diálogos con ellos, para verificar su inmortalidad. Peregrinó a la tumba de Neruda en Chile, a las de Vallejo y Cortázar en París, a la de Antonio Machado en Collioure, a la de Stevenson en Samoa, etc. Una obra extremadamente sugerente y reveladora de una de las más destacadas figuras de la literatura contemporánea.