Helene, la condesa de Godwin, sabe que no hay nada más insoportablemente aburrido que una mujer casta y pura. Después de todo, ella lo ha sido durante diez largos años, mientras el canalla de su marido vive entre prostíbulos y va de escándalo en escándalo. Decide que ya es hora de un cambio: se cubre con un vestido muy transparente y acude al baile cual Cenicienta, esperando encontrarse con un príncipe encantador que caiga rendido a sus pies... y también en su cama.
Pero en lugar de un príncipe, se encuentra con su inestable y exasperantemente atractivo... marido, el conde de Godwin. Éste le hace una descarada oferta, y Helene decide ser su esposa de nuevo... y no sólo de palabra. No, esta vez está decidida a ser muy, muy malvada.