Decía Dino Buzzati que el teatro era para él una especie de droga, una cosa infernal, algo que pone al hombre en una situación completamente distinta de la vida normal, un mundo fascinante, una puerta abierta al mundo de la fábula, de la fantasía, del mito y uno de los géneros literarios con mayor misterio y a los que mayores esfuerzos dedicó. La comedia Un caso clínico relata la divertida, al tiempo que inquietante, historia de un paciente que entra en una insólita clínica privada, cuyo funcionamiento se parece, antes que al de un hospital, a una especie de máquina de engranaje de cuyas garras es difícil desprenderse. La obra, que destila fina ironía y lleva una fuerte carga alegórica, fue escrita por Buzzati a partir de uno de sus relatos más celebrados, ?Siete plantas?, y representada por primera vez en el Piccolo Teatro de Milán en 1953 con unánime éxito de crítica y público. Dos años después, en Francia, un joven Albert Camus, posterior Premio Nobel de Literatura y gran admirador de la obra del italiano, se encargó de hacer una adaptación para un público parisino que quedó estupefacto, sorprendido y entusiasmado.
Dino Buzzati (Villa San Pellegrino, Belluno, 1906 - Milán, 1972). Fue desde niño una especie de enfant prodige. A los 8 años comienza a estudiar música, toca el violín y más tarde el piano. Se apasiona por la egiptología y escribe cartas en lenguaje jeroglífico. Practica el alpinismo y la escalada desde 1920. Sueña con montañas, pero se licencia en leyes en Milán y entra en 1928 como periodista en la redacción del Corriere de la Sera. El periodismo le permite viajar por Palestina, Grecia, Siria y El Líbano, y en 1939 se embarca para Etiopía, país que recordará como un ?fabuloso western?: se compró un caballo, que no pudo traerse de vuelta a Milán, fue cazador en safari y se vio envuelto en batallas con las bandas rebeldes del país. Publicará en esos años El desierto de los tártaros (1940) y Los siete mensajeros y otros relatos (1942), mientras participa en operaciones navales y de espionaje por el Mediterráneo. Pinta para sus dos sobrinas la historia de La famosa invasión de los osos en Sicilia (1945) y sigue publicando libros de relatos: Pánico en la Scala (1949), El hundimiento de la Baliverna (1954), Sesenta relatos (1958), además de memorables crónicas de todo género: negras, de arte, musicales, teatrales e incluso deportivas, como las dedicadas al Giro de Italia del 49. En 1958 muestra al fin sus dibujos y pinturas en una galería de Milán, al tiempo en que ya anda volcado en mil y una labores relacionadas con el mundo del teatro y los escenarios. En la década de los sesenta regresa a la novela con El gran retrato (1961) y Un amor (1963) y nuevos viajes le llevan por Tokio, Jerusalén, Nueva York, Washington, Bombay y Praga. En 1965 se reúne con Federico Fellini y juntos escriben un guión de cine para una película que jamás llegó a rodarse, El viaje de G. Mastorna, y que está considerada como la quintaesencia de la filmografía del director. En 1966 Buzzati publica El Colombre y otros cincuenta relatos y se casa tardíamente con una joven Almerina Antoniozzi, quien aún custodia inéditas miles de páginas de los diarios que Buzzati fue escribiendo desde 1920 hasta 1972, unos días antes de su muerte.