Nadie sabe la razón, pero todo el que se acerca al castillo desaparece. Sus habitantes ya se han acostumbrado a la comodidad que supone no tener nunca enemigos, vivir siempre de la misma forma, sin sobresaltos. Pero la princesa, deseosa de vida y de cambios, de explorar el mundo y conocer a todo tipo de gentes, decide investigar por sí misma el misterio.