Paddy Meehan es una reputada periodista. Su columna despierta interés y tiene defensores y detractores a partes iguales. Se ha trasladado a vivir a un piso más grande con su hijo y un compañero de piso y todo parece en orden en su vida. Claro que eso no puede durar mucho.
Un sábado noche en que su único plan es sentarse ante la tele con un paquete de galletas para ella solita, el timbre de la puerta suena y no se trata de buenas noticias. Terry Patterson, otro periodista con el que Paddy había tenido una relación, ha aparecido asesinado en una cuneta desnudo por completo y víctima de lo que parece una ejecución con un tiro en la sien, un modus operandi que recuerda irremediablemente al IRA.
Cuál es la relación de Terry con la banda terrorista es algo que Paddy no alcanza a comprender, pero una carpeta llena de notas que Terry deja para ella sólo contribuye a aumentar la curiosidad de Meehan. Por desgracia, cuando finalmente caiga en la cuenta del peligro al ella y su familia se exponen, ya será demasiado tarde para echarse atrás en sus averiguaciones.