Dunbar es presentado como un
personaje verdaderamente
detestable: disoluto, egoísta,
violento. Maltrata a su
esposa, se acuesta con una
criada negra, bebe hasta
emborracharse, juega
obsesivamente, tiene gran
parte de su hacienda
hipotecada por las deudas y
mantiene a sus aparceros,
tanto blancos como negros, a
un nivel de servilismo rayano
en la esclavitud. Su final,
dadas las circunstancias, sólo
puede acabar en tragedia