Hijo del célebre violinista Higinio Ruvalcaba, Eusebio Ruvalcaba adquiere tempranamente una profunda sensibilidad auditiva que se despliega en el ritmo y cadencia de su literatura; no obstante, la sensibilidad de este autor no sólo se manifiesta en el plano de la forma, sino en la profundidad y sencillez con que aborda los temas más humanos, el hombre de carne y hueso que viaja a la deriva por la marea de sus propios anhelos, del placer estético ante la música, de la derrota, de la miseria, del alcohol, del orgullo viril subyugado por la naturaleza femenina, elementos constantes ya en su literatura, que a través de su particular forma de narrar nos permiten penetrar en su mundo, en una visión humanizada y terrenal.