«No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.» El padecimiento, la enfermedad y los días finales de la madre de la narradora dan pie en esta obra a una profunda reflexión acerca de la naturaleza de la muerte y de los diversos modos de afrontarla.