La vida de Sergio transcurría fácil y cómodamente. Todo le iba muy bien, tanto en lo personal como en lo profesional, hasta que le diagnosticaron un linfoma muy agresivo que acabó con cualquier esperanza de vida. En ese momento contaba 28 años, estaba casado y tenía una hija de dos meses. A partir de entonces, comenzó una batalla que los médicos daban por perdida, pero tras unos meses de tratamiento, sucedió algo que nadie esperaba. El 24 de diciembre, de forma inexplicable, se recuperó por completo y su vida volvió a la normalidad. Sin embargo, trece años y cuatro hijos después, el linfoma reapareció: "Tu cáncer es mortal y te quedan seis meses de vida". No obstante, algo ocurrió de nuevo. ¿Será cierto que los milagros existen? ¿Qué ayudó a Sergio a no desesperar ante tantas malas noticias y una muerte anunciada? ¿Qué papel tiene la fe para vivir y superar todo esto? ¿Cómo ha actuado Dios en él a través de su enfermedad?