Al levantarse y comenzar a hablar Ernesto Caballero se hizo dentro y fuera del salón un silencio sepulcral. Los jóvenes estudiantes universitarios antifranquistas de Córdoba sólo habíamos oído mencionar alguna vez aquel nombre, ligado al de su padre, el líder guerrillero caído en la Sierra Morena de Córdoba a mediados de los años cuarenta. Sospechábamos que Ernesto era el máximo dirigente del PCE en la provincia, pero su presencia y protagonismo en aquel acto nos lo vino a confirmar. [...] Ernesto Caballero era lo que esperábamos los jóvenes universitarios y obreros que nos apiñábamos en el patio del Círculo Cultural Juan XXIII