En el fondo del mar hay una roca, y en ella viven veinte o treinta cangrejos. Los cangrejos, en cuanto ven que se acerca alguien, se esconden. A veces, aunque no llegue nadie, permanecen ocultos en las cuevecillas de la roca, porque por esa zona pasa mucho el calamar. Ese calamar no come cangrejos, ningún calamar lo hace, pero es muy pesado.