Alberto Marlango acaba de salir del talego con la firme determinación de abandonar el juego de la calle. Pero no será fácil. Para empezar, debe hacer un último trabajito para su antiguo jefe: dar un escarmiento a la ex novia de éste.
Por si fuera poco, el cabo de los Mossos Fran Guijarro, el mismo que lo envió a chirona siete años atrás, acaba de recibir un soplo que le puede complicar mucho la vida al ex presidiario. Todos quieren a Marlango dentro del juego.