Se llamaba Koldo. Estaba traumatizado, pero era poderoso, y tenía un legendario control sobre sí mismo. Solo vivía para vengarse del ángel que, cruelmente, le había arrancado las alas. Sin embargo, si se rendía por completo a las fuerzas del odio, se condenaría para toda la eternidad.
Nicola Lane había nacido con una enfermedad cardíaca; sin embargo, aquella humana tan frágil demostraba una asombrosa fuerza para enfrentarse a los demonios que la acechaban y trataban de acabar con ella. Era la clave de la liberación de Koldo y su ruina. Aunque él luchó contra el deber, el destino y su primer y adictivo encuentro con el deseo, su batalla más difícil iba a ser la que tuviera que librar por la vida de Nicola, en la que incluso podría tener que sacrificar la suya