Como su propio nombre indica, "Del construir" se centra en el mundo de la arquitectura, de la producción de las obras, de quienes las concibieron y realizaron, de las técnicas usadas, de los materiales empleados. Ahora bien, en el Medievo todo esto se entendía de una manera bastante diferente a la nuestra. El edificio no sólo se consideraba un referente en el tejido urbano, o el definidor de un espacio interior de fuerte carga simbólica, sino un todo coherente en el que a la obra propiamente constructiva se unían el resto de elementos que la ornaban: pinturas murales, esculturas, vidrieras, telas, piezas de orfebrería...
Ciertos materiales podían llevar implícitos unos significados que hoy ya no somos capaces de percibir; los productos de las llamadas «artes mayores», una división jerárquica ajena por completo al hombre medieval, no eran necesariamente los más apreciados -una rica tela podía despertar impresiones y emociones más intensas de cuanto pudiese hacerlo una portada esculpida, hacia la que, sin embargo, hoy dirigiríamos principalmente nuestra atención-¬, y el comitente, en fin, podía ser -y durante mucho tiempo lo fue- considerado mucho más importante que el artista o, por lo menos, estar implicado en la creación de la obra tanto como éste.
El presente volumen constituirá, sin duda, un importante paso para corregir la visión tópica, distorsionada y simplificada que, fruto de muchos siglos de propaganda contraria, se sigue teniendo de la Edad Media y que ha ayudado a ocultar una realidad mucho más rica y compleja de lo que se piensa.