Nacida como un encargo deWilliam M. Clayton a uno de sus redactores, Edwin Bates, Astounding Stories vio la luz en enero de 1930 con el título de Astounding Stories of Super-Science. La idea fundamental fue de Douglas Dold, hermano del ilustrador Elliot Dold, que fue quien le brindó a Clayton la oportunidad de sacar una revista dedicada a la ciencia ficción que pudiera hacerle cara a la de la competencia, especialmente a Amazing Stories. Bates contrató para los primeros números a varios de los autores que habían estado escribiendo ciencia ficción antes de la aparición de Astounding, entre los que merecen destacarse Victor Rousseau, Murray Leinster o Ray Cummings; al mismo tiempo se hizo con algunos autores de la corriente general que publicaban habitualmente en las otras revistas de la casa Clayton (en conjunto, cerca de cincuenta títulos de todas clases, entre los que destacan Ace-High Magazine y All Star Detective Stories), hombres (en aquella época todavía no había mujeres, o casi no las había) como Arthur J. Burks, Hugh B. Cave, Tom Curry o Sewell P. Wright, a los que se unieron dos de las figuras más destacadas de las revistas del grupo de Gernsback (Wonder Stories, Air Wonder Stories y Science Wonder Qarterly), los semiprofesionales Capitán S. P. Meek y Harl Vincent. Su tarifa normal era de 2 centavos la palabra, casi el doble que las otras revistas del mismo tipo. Una vez lanzada, Astounding se fue convirtiendo poco a poco en la mejor revista de ciencia ficción de su época. Tras una primera época dorada a cargo de F. Orlin Tremaine, la llegada de John Wood Campbell (en octubre de 1937) al puesto de redactor jefe relanzó la revista a cumbres jamás vistas, y allí fue donde se inventó prácticamente la ciencia ficción que hoy conocemos y donde labraron sus primeras glorias los mejores autores de ciencia ficción de todos los tiempos. Todos los grandes clásicos publicaron en esa segunda etapa de Astounding sus mejores obras. El volumen que hoy les ofrecemos es precisamente anterior a esta Edad Dorada y sus autores, muy conocidos tanto hoy como entonces, son lo más granado que surtió de historias a aquella generación de lectores.