Dueña de una personalísima escritura, Cecilia Quílez nos adentra en esta larga canción de soledad que es Caligrafía de la necesidad, su último poemario, un libro que es como un fado que se entona con el aliento áspero de una mujer que aparentemente camina hacia el destierro y tiene la fiereza del combate como única aliada. La música de ese cuerpo solitario remolca su ficción sobre las páginas lo mismo que un señuelo para que el lector pueda seguir el rastro de una sombra que siempre le antecede. El dolor va cayendo cual piedra atada a los pies de un cadáver y, palabra a palabra, nos seduce y arrastra con ella a donde vaya. La sombra, por el contrario, sólo es el subproducto de un cuerpo iluminado y la poeta, que lo sabe, hace que la oscuridad nos mire de continuo frente a frente.