La Administración pública pasa por su peor momento desde la instauración de la democracia, inmersa en un claro declive y encaminada, si no hay remedios urgentes, a su inevitable hundimiento. Los ciudadanos, sorprendidos e indignados, constatan el deterioro de la sanidad, de los servicios sociales o de los trámites administrativos (como renovar un documento, gestionar una pensión o hacer cualquier consulta). Pero ¿cómo hemos llegado a este gran colapso Tenemos unas administraciones sin transformaciones significativas durante años, diseñadas para cuarenta millones de usuarios y que ya soportan más de cuarenta y ocho. Que han pasado una crisis económica que las ha precarizado y una pandemia que ha pervertido el modelo de atención pública, que no ha profundizado en la adecuada digitalización y ha instalado un teletrabajo deficitario. A esta compleja situación trata de dar respuesta este libro proponiendo el rediseño de la atención al público, la suspensión de ciertos privilegios de los funcionarios que limitan su capacidad de gestión, la redifinición de los perfiles profesionales o la incorporación fluida de la