Clara es cirujana, dedicada al trasplante de órganos torácicos en el principal hospital de su ciudad, donde trabaja desde que comenzó su residencia. Evoca recuerdos de su infancia, por qué se hizo cirujana, cómo la vida la condujo hasta allí y cómo fue menospreciada por el hecho de ser mujer en una disciplina eminentemente masculina, teniendo que lidiar en un mundo hostil, rodeada de cirujanos ególatras. Cuando conoce a Eli, una joven auxiliar de intensivos, inician una apasionada relación que revela su hasta entonces oculta inclinación sexual. Esto la enfrenta a nuevos problemas, en una época no tan lejana en la que la homosexualidad se consideraba casi un delito. Su vida se ve alterada cuando Eli es diagnosticada de cáncer, viéndose obligadas a afrontar juntas la enfermedad y las secuelas del penoso tratamiento. Tras la muerte de Eli, Clara se hunde en una profunda depresión, que finalmente consigue superar con la ayuda de Lluís, su amigo y compañero. Entregada a su profesión, afronta retos como el de una joven que necesita un trasplante, pero no consigue un donante adecuado. Con ella establece una relació