Hay libros que mueren poco a poco, después de una larga vida infundida por sus lectores. Otros libros, en cambio, nacen como flor marchita de un día, prematuramente barridos por el inmisericorde viento del olvido, pero que sin embargo siguen guardando en sus páginas un soplo de vida que sólo los lectores más atentos son capaces de detectar. A esta clase de libros pertenece sin duda De negros y plagiarios. Quimeras y verdades en la historia, del escritor, abogado, diplomático e historiador mexicano Carlos Pereyra, quien, con una impagable voluntad develadora, un persistente y minucioso trabajo de re-hacedor de la historia y un alarde de lector voraz de las fuentes textuales primarias en las que se apoya, fue capaz de levantar un argumentario incontestable a la hora de poner en solfa cuantas afirmaciones, teorías y crónicas impostadas han pululado en manuales escolares, libros y tesis lamentablemente perturbadoras de cualquier imaginario colectivo. Porque si hay algo que la ensayística de Pereyra no tolera es consentir que en los asuntos de la historia los libros de historia sean la única y verdadera historia.