Esta antología introduce al lector en un territorio tan desconocido como excepcional: el de la poesía francesa del Barroco.
Tenida siempre por poco francesa, esta poesía sorprende por su versatilidad: conjuga lo alto y lo bajo, lo espiritual y lo obsceno, el orden y el desorden, lo gregario y lo individual.
El sistema de cosas barroco se resuelve en un lirismo del descreimiento, del desencanto, el estoicismo, el hedonismo y el miedo.
Cinco son los poetas que destacan en un conjunto de cincuenta: Agrippa d'Aubigné, Jean de Sponde, Théophile de Viau, Saint-Amant y Tristan L'Hermite. Tanto ellos como el resto, son autores conscientes de su individualismo, defensores de su libertad de conciencia.
La lírica de este periodo es una invitación a visitar procedimientos y maneras que la poesía de los siglos posteriores, con su afición creciente a la seriedad y al sistema, a menudo ha olvidado.