?La realidad de asignatura pendiente en la historia de la transición democrática explica el libro El Caso Almería, abierto para la historia, del periodista Antonio Ramos Espejo. Es desde la condición de periodista comprometido como se explica este libro, un segundo paso más que sigue a lo que fue la primera edición, con nuevos datos y crónicas recuperadas junto a la demanda de lo que todavía sigue esperando respuestas?, escribe Miguel Ángel Blanco en el prólogo de esta obra.
Los hechos conocidos como el caso Almería ocurrieron entre los días 9 y 10 de mayo de 1981, tres meses después del golpe del 23-F. Los cuerpos de Luis Montero, Luis Cobo Mier y Juan Mañas Morales fueron encontrados calcinados en el fondo del barranco de Gérgal. Habían sido confundidos con tres peligrosos etarras, aunque horas antes ya se había aclarado que no eran éstos los terroristas buscados. El 28 de julio de 1982, la Audiencia Provincial de Almería condena a los tres agentes "por ser criminalmente responsables de tres delitos de homicidio". Las familias de las víctimas reclaman, 30 años después, que el caso sea contemplado como terrorismo de Estado. ?Porque, aunque se dio como homicidio con atenuante, yo siempre luché por los asesinatos y sigue siendo técnicamente un asesinato?, mantiene Darío Fernández, abogado de la acusación.
Cuando se publicó la primera edición de ese libro de investigación, aún no se había celebrado el juicio. Hay nuevos datos que revelan que los tres jóvenes fueron torturados y quemados. El ex teniente coronel Castillo Quero (ya fallecido), el ex teniente Gómez Torres, y el ex guardia Fernández Llamas recibieron tratos de favor en la cárcel y no tardaron en salir en libertad. A la altura de 2011, periodistas de Almería, que vivieron aquellos hechos, ?exigen la verdad a la Guardia Civil?. Esta institución, que presta en nuestro tiempo tantos servicios de protección a la ciudadanía, debe aclarar este triple crimen. En algún un momento, la conciencia colectiva de la Guardia Civil, podrá decidir contar la verdad. Mientras tanto, el caso Almería permanecerá abierto para la historia.