Tomás crece entre las cuatro paredes de un hospital, confinado por su enfermedad y por el abandono. En ese espacio reducido construye su idea de lo que es la vida, el amor o la amistad. A través de sus ojos, los acontecimientos más corrientes adoptan otro aspecto.
Xosé Monteagudo se vale de este personaje singular para presentar, con humor e ironía, las paradojas de la vida y buena parte de la historia del siglo XX.