La Segunda República española fue un punto de referencia para las fuerzas políticas francesas. Desde la extrema derecha hasta los comunistas, pasando por conservadores, radicales y socialistas, todos acudieron al exemple espagnol para argumentar a favor de sus respectivos planteamientos. El caso del Parti Communiste Français (PCF) es especialmente sugerente. Próximo geográficamente, mucho más poderoso y con un proceso de bolchevización consolidado que aseguraba su fidelidad a Moscú, el PCF tuteló a su parti frère español. Fomentó su desarrollo y colaboró para imponerle la línea política fijada por el Komintern.